Por: David Antonio Torres Ruiz, Periodista en Zona de Alto Riesgo.
Como un fenómeno, los habitantes ribereños del valle del Magdalena Medio bolivarense se preparan porque ven crecer con una furia el río Magdalena y sus afluentes.
El anuncio de las aves migratorias y endémicas dan muestra de las aguas lodosas que se viene presentando en la mitad del mes de febrero del presente año, cuando la temporada de las lluvias comienzan a finales de abril entrando mayo.
El cambio de curso, por parte de la minería criminal a afectado casi el 90 porciento de las cuencas hídricas que eran manantial de aguas cristalinas, hoy se han convertido en lodazal de color café que traen metales pesados que están mal formando a las especies vivas, incluyendo los humanos.
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