Mientras la gerente del acueducto de Morales, en el departamento de Bolívar, Osiris Romero Serpa, cobra mil pesos por pimpina de agua potable a los usuarios (algo anormal, ya que debe ser gratuito, porque es el líquido vital para la vida), los moraleros rebeldes se sublevaron y abrieron el aljibe público en el estadio de fútbol; consiguieron una motobomba (turbina) y gasolina para abastecerse del líquido preciado. Desde las 9 de la mañana hasta altas horas de la noche, los usuarios utilizaron bicitaxis, carro-motos y gente cargando a hombro, pesados galones de agua potable para el consumo diario de sus hogares.

Hoy se cumplen seis días y la nueva Motobomba nada que llega; ese aparato que impulsa el agua a un tanque elevado para luego ser distribuidas a través de las redes municipales está totalmente seco, y posiblemente se alargue el tiempo sin el servicio que tiene agonizante a los pobladores.

Lo que desconoce la gerente del acueducto, Romero Serpa, es que es una obligación inalienable, de derechos, de enviar agua potable a las viviendas a través de carrotanques, pero las denuncias hechas por la comunidad: “Nos están presuntamente robando; cobrando mil pesos por la entrega de una pimpina cargada de agua, aprovechándose de la necesidad de la comunidad para abastecer diario a su familia, se requieren el mínimo de unas 15 y eleva el costo del consumo” puntualizó el afectado.

Los usuarios piden al presidente del Concejo municipal, Augusto Alfonso Piñeres, abrir el debate sobre el abuso cometido por la gerente, Romero Serpa; a la Personera Municipal (e) Jaquira Johana Medina Altamar, para que investigue disciplinariamente a la funcionaria pública y al alcalde de Morales, Ecequiel Salcedo Cardoso para que le haga un llamado de censura a la gerente, Osiris Romero Serpa por la falta cometida con el pueblo, cobrar mil pesos por pimpina de agua potable a la población más humilde y vulnerables.