En tiempos del COVID-19, revive “La Escuela de Banquitos”
Con el cierre de los colegios, por la propagación de la pandemia del COVID-19 que azota al mundo entero; revive “La escuelita de banquitos” volvieron a tener de nuevo auge; claro, tomando todas las medidas de bioseguridad y evitando aglomeraciones de niños y niñas.
Desde que murió hace pocos años en San Pablo, Bolívar, doña Vetulia Torres Barragán, la última maestra de Escuelita de Banquitos que revivió la pesadilla de la novela “El Coronel que NO tiene quien le escriba” (obra de García Márquez) que narra la tragedia del trabajo como docente, donde ella, quedó esperando toda su vida una mesada; hoy en tiempos del Coronavirus se volvió a vivir “La escuelitas de banquitos” que estaba en vía de extinción, por la revolución educativa, donde todos tienen acceso a la educación pública.
Recordamos en la década de los años 70, a Alicia Pontón, “Hicha” y Lucy Iglesias; Isabel Bastidas, Teresa e Isabel Toloza, “Chavita”, Donelia Zapata, Lola Salazar, Gregoria Barva, Leida Iglesias, Oliva, entre otras, que entregaron una parte de su vida, para aportarle un granito de arena a exterminación del analfabetismo, hoy reaparece en el panorama doña, Bárbara Ordoñez Niz, una mujer de 62 años de edad, residente en el barrio la Victoria en Simití, Bolívar; la única maestra de “La escuelita de banquitas”.
Es la maestra estrella de “La escuelita de banquitos”; aunque hoy utiliza una mesa para sus tres alumnos, espera desde esta semana, ubicarlos en una mesa individual, a una distancia prudente de dos metros, con tapabocas para los niños y una ponchera para lavarse continuamente las manos, para evitar la propagación del virus; es por eso que su capacidad No supera los tres alumnos.
Esto demuestra que los buenos tiempos del ayer, regresaron; recuerdan algunos hombres y mujeres que superan los 50 años; No se olvidan de su pasado y buscan a doña, Barbarita, que tenga su propia “Escuelita de banquitos”, donde los niños y niñas, puedan fortalecer el aprendizaje de pequeños que necesiten refuerzo en lectura, escritura… ¡claro! sin olvidar la cartilla de cartón o la cartilla “PEPITO”, porque allí, No hay que comprar la cartilla abecedario.