En medio de la maraña, donde la manigua eclosiona con intensidad el oxígeno y lo disemina por toda la fronda que revisten sobre el manto verde de la selva tropical; nace un niño que fue bautizado con la sagrada palabra de “Dios con Nosotros”
La adversidad del tiempo, marca con tinta de “jagua” o de achote, que impregna el fruto de ese amor, que aún no encaja en la lógica del maquiavelismo…
Ese 16 abril del año 2004, cuando el cenit de los claros rayos se apodera de la cima espesa del boscaje, que cubren las gigantescas copas de los árboles endémicos que fluyen mágicamente de la dermis que forma la hojarasca que hace parte de la piel que separa la tierra del rastrojo, donde nace el adviento.
En medio de una conectividad inmarcesible, el milagro de Emanuel fluye; hijo de la Madremonte, marcado por la impronta de ese sello que deja ese verde, verde que encarcela, en la eternidad de un fruto que demarcó el secuestro y que el destino no permitió que se perdiera en el océano humano, donde muchos pequeños de Colombia y el sur de Bolívar, jamás vuelven al seno de sus progenitoras.
En esa tortuosa preñez de Clara Leticia Rojas González, primeriza para parir; hizo su alumbramiento en una sala cubierta de hojas con sabor silvestre; en una cama rustica labrada de guadua, donde su vida dependía de las manos de un Matrón, que dejaba dudas e incertidumbre, pero… que al fin era un maestro del parto, la única alternativa para atender su cesaría que, con anestesia local, con un cuchillo afilado con piedra china y esterilizado por la candela, daba el inicio de una nueva vida que afloraba en medio de la frondosidad del bosque.
En la serranía de San Lucas, donde los grupos armados de tendencia izquierda o derecha, o aun peor de la codicia y la muerte, dejan sin hijos a ciento de ciudadanos del campo para alimentar la guerra y peor aún, si nos vamos a las estadísticas del Instituto Colombiano del Bienestar Familiar, son abusados, reclutados y maltratado en un gran porcentaje.
Clara Leticia Rojas González, hablará a las 5:40 de la mañana del martes 29 de septiembre del presente año, a través de El Original, principales Noticias Radiales del Magdalena Medio, que se emite en la frecuencia 100.0 de la FM o en Facebook Live de La Simiteña, para decirle a los jovencitos que pueblan la zona rural de los corregimientos de El Carmen del Cucú, Monterrey, El Paraíso, El Diamante, Cañabraval, La Virgencita, Vallecito, La Torera, San Lucas, Patico Bajo o alto, Canelos, La Arcadia, Paredes de Ororia, Carpintero, Badillo, Vijagual, San Luis, San Joaquín, Santa Lucia, Las Brisas, Juncal, Las Animas, Campopayares, Santo Domingo, Bodegacentral, San Blas y cientos de veredas que hacen parte de la zona de orden público en el corazón de las serranías de San Lucas, donde aún viven jovenzuelos que militan en los grupos armados organizados.
Los traviesos que deben jugar con muñecas y carritos y NO con armas para segar el sueño de muchos adversos. “Hay que replicarle la verdad” que hay un país maravilloso, que los espera y que en pleno siglo XXI, ustedes NO pueden continuar en el camino de la muerte; encerrados en medio de la arboleda donde opera el GAO, grupos armados organizados, quienes edifican niños y niñas, para hacerles creer que viven en un hogar ejemplar; adverso a la realidad del cambio del orden mundial que ha dejado la pandemia y que demuestra que somos más frágiles que los hijos de la Madremonte.