El cadáver que flotaba en el río Simití, eran un moralero.
La indiferencia, la falta de humanidad y el reconocimiento de darle sagrada sepultura a un hombre como miembro de la iglesia cristiana; fue lo que ocurrió en el municipio de Morales, Bolívar; que ha presentado varios hechos de cadáveres que flotan en las aguas torrentosas, sin que nadie haga algo al respecto; la gran mayoría de occisos se los traga la profundidad del río.
Después de tres días de flotar en medio de remolinos y borbollones que deja el torrentoso río, quedando el cuerpo atrapado por vejucos y matorrales de arbustos que crecen en la ribera de río Simití; después que varias personas veían el cuerpo en alto estado de descomposición y lo dejaron que la corriente se lo llevara a la deriva y pasara el tiempo sin hacer nada, para identificar el cadáver, que no importa que fuera en su pasado, guerrillero, paramilitar, bandido, narco o minero criminal; lo importante es que estaba muerto y se le tenía que darle sagrada sepultura, para borrar la angustia de sus familias, que de seguro en el futuro, lo daría por desaparecido.
Hoy después que EL ORIGINAL, alertara a la comunidad y a las autoridades; ya que hace tres días habló directo con un patrullero de la policía, para que conociera el caso, todo el mundo fue indiferente con la información.
Resulto que era un moralero, un hombre que tenía familia, hermanos, hijo, padres y amigos; parece que la indolencia los volvió insensible por los efectos de la guerra; una indiferencia que castigó a los pobladores de la ribera; porque el muerto era uno de ellos. Las autoridades locales lo identificaron como Emeiro González Cuesta.
El rescate fue registrado hoy por cuatro voluntarios de la Defensa Civil del Municipio de Morales, Bolívar; después que la alcaldía le entregó la logística para llegar hasta el lugar donde se encontraba atrapado por arbustos de la ribera en medio de un remolina; el cuerpo sin vida estaba totalmente descompuesto por los animales de rapiña.
El cuerpo fue llevado por los socorristas al cementerio, donde lo identificaron por completo, gracias a unas imágenes que circularon en internet, donde coincidían los tatuajes que marcaban sus brazos e incluso su camisa.
Los familiares lo reconocieron de inmediato y lo velaron para darle sagrada sepultura, como cristiano, como hijo de Dios.
De acurdo a las imágenes, las autoridades manejan varias hipótesis, entre ellas, que Emel, como era conocido, desertó de un grupo de autodefensas Gaitanistas de Colombia y fue ejecutado y arrojado al río.