Ciento de turistas canadienses visitaron el complejo cenagoso de Simití.
Ustedes no lo pueden creer, amaneció la parte norte del complejo cenagoso de Simití, en el departamento de Bolívar, lleno de turistas canadienses; el alboroto fue tan terrible, que el alboroto genero alegría y gratitud por la lluvia de seres mágicos que colmaron los cielos de los pantanos y humedales.
Son los hermosos pisingos que surcaban los cielos y se arrojaban a las orillas de la ciénaga de Simití, como al caño, convertido en un Serengueti; la bulla y la prevención, los convertían en turistas ariscos, que no confiaban en los humanos que se acercaban a los humedales, para observarlos; allí, diferente de los habitantes de los departamentos de Córdoba y Sucre, donde los envenenan para capturarlos, en Simití, se protege, no sólo al pisingo, sino al barraque, los mejores huéspedes de la ciénaga grande de Simití.