Si hay una religión rica, hermosa en tradiciones, es sin duda alguna el cristianismo católico; el calendario está marcado por una serie de fiestas patronales que marcan la diferencia en el planeta tierra.
Para no alargarme en el tema, las tradiciones religiosas están ligadas a las fiestas patronales, como la de la aparición del cuadro Original de la virgen María el 15 de diciembre, festivales, navidad, días de la madre, día del padre, paseos de olla de inicio de años con los Reyes Magos, del amor, la amistad, el jolgorio de San Simón, de cuentos de espantos y apariciones. Estas costumbres ancestrales nos dan un indicativo que la religión católica está evolucionando con los cambios de la modernidad y que vivir en este mundo de creencias en “Papá Lindo”, nos hace ser útil en la vida y únicos.
La celebración de los simiteños es una tradición que data de siglos anteriores, donde el vestirse con el hábito café, la música y la fanfarria, por supuesto, dan muestra de esa riqueza cultural.
Este 13 de junio, el municipio bolivarense vivió como nunca sus fiestas en honor a San Antonio de Padua, el segundo patrono de Simití, y en su honor del párroco de Simití, se llevó a cabo unas despedidas consecutivas, que marcó la historia de los sacerdotes que han escrito buenas costumbres en la comunidad cristiana.
Manuel Zabaleta Orozco, el párroco que duró 6 años, y que igual que Jesús María «El Chucho» Rosales, el cura que hace sus ceremonias con realismo mágico, se suma el padre, Baudio Macias, que le apostó al NO permitir reclutar jóvenes simiteños para el grupo paramilitar; también dejo huellas en la memoria de todos, Cristino «Isabel» Baeza Pertuz, el bailarín de las misas; que cambio toda una vieja forma de disfrutar las ceremonias religiosas, con algo moderno que gustó y pegó en la cultura anfibia.
Pero “manuelito”, como cariñosamente le dicen, respetó la forma de los simiteños de hacer sus rituales religiosos y aún más ha afondo, dejó intacto algo que hace particular al pueblo más antigua del Magdalena Medio, en seguir con “El Tiro” de Semana Santa” convirtiéndose en el único pueblo en el universo, donde con un tiro al aire, anuncian la muerte y resurrección, Jesucristo.